La solución a mi dolor de espalda de años: La historia de Elizabeth

Mi nombre es Elizabeth, tengo 32 años y vivo en el estado de Guanajuato, México. Mi vida cambió a los 18 años… era una joven con una vida normal, hacia deporte, mis actividades diarias y trabajaba. Mis problemas iniciaron después del parto, tenía malestar en la parte baja de la cadera. Mis familiares me decían que era “normal”, por lo que no le tome importancia. Los síntomas continuaron durante dos años, hasta que un día mis piernas no respondieron, por lo que acudí a consultar varios especialistas de columna y coincidieron en que tenía una hernia que obstruía el nervio.
Me realizaron en total 7 cirugías para resolver el problema de columna. Como resultado de la segunda operación terminé como “vegetal” debido a que tenía una infección en el hueso, fuga de líquido, una fisura y daño en la medula. Debido a todos gastos que tuve, perdí mi patrimonio y mi familia se endeudó. Recibí otros tratamientos médicos y con ello logré sentarme y moverme en silla de ruedas, pero me dijeron que ya no volvería a caminar.
Tenía depresión, descuidé a mi hijo y comencé a presentar otras complicaciones de salud por tantos medicamentos, como sangrado del tubo digestivo o que ya no podía comer casi nada porque tenía el estómago destrozado. Aprendí a vivir con dolor a pesar de la morfina, trataba de hacer lo menos posible para que fuera tolerable, pero ya no tenía esperanzas ni ganas de vivir.
Conseguí un empleo como persona con discapacidad y con ello recibí atención médica en el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) en León Guanajuato México, donde el Dr. Óscar Pérez me consideró candidata para la terapia avanzada con neuroestimulación. Tenía mucho temor a otra cirugía, por lo que en un inicio me negué rotundamente, pero mi familia me convenció ya que todos sufríamos por mi condición.
El Dr. resolvió mis dudas, me dio mucha confianza y el 22 de octubre del 2019 fue la cirugía para el implante del dispositivo. Desde que encendieron el estimulador, el dolor desapareció por completo. Ahora solo tomo un medicamento esporádicamente, ya no tengo necesidad de tomar más.
Cuando volví a casa todo comenzó a ser diferente, volví a ser independiente ¡La vida sin dolor se vuelve muy distinta! ¡Para mí y mi familia fue como un milagro! Ya me había resignado a que toda mi vida seria en la silla de ruedas.
La lesión en mi columna no desapareció, solo se controló mi dolor, por lo que trato de cuidarme para no lesionarme, pero ya hago mi vida normal y continuo con mis terapias de rehabilitación y hago yoga.
A los pacientes con dolor que son candidatos a la terapia con neuroestimulación y que tienen miedo, les quiero decir: que no lo piensen, que ¡de verdad es algo maravilloso y vale la pena! Y a los pacientes que tienen el estimulador y creen que no les ha funcionado: Quizás el alivio del dolor no llegue a ser en todos los pacientes al 100% o no sea de inmediato como en mi caso, pero no hay que perder la esperanza, porque ¡la terapia funciona! ¡La actitud y las ganas de querer salir adelante y de recuperar su vida deben ser más fuertes!
Este es un testimonio real de una paciente que compartió su historia con la Comunidad de Alivia tu dolor. Si quieres aprender más acerca del dolor y sus tratamientos puedes visitar nuestra página web y agendar una cita con alguno de los especialistas de nuestra red.